Con el cambio climático acechando cada vez más y el aumento constante del precio de la energía, es fundamental buscar maneras de reducir el consumo y hacer un uso más inteligente de los recursos. De hecho, España será uno de los países que mayores consecuencias asumirá en lo que a condiciones climatológicas se refiere.
Por todo ello, adaptar nuestros hogares para hacerlos más eficiente es casi tanto o igual de importante que su diseño. En esta ocasión, hemos recopilado algunas formas de mejorar la eficiencia energética del hogar a la hora de iniciar una reforma.
En primer lugar, mejora el aislamiento térmico
El aislamiento térmico es fundamental para mantener la temperatura adecuada en tu hogar. Un buen aislamiento impide que el calor se escape en invierno y que entre en verano, lo que se traduce en un menor uso de calefacción y aire acondicionado.
Puedes mejorar el aislamiento de las paredes, techos y suelos, utilizando materiales como lana de roca, poliuretano expandido o celulosa. También es importante asegurarse de que ventanas y puertas estén bien selladas. Al fin y al cabo, la inversión en un buen aislamiento se ve reflejada en una factura energética más baja, además del pertinente retorno económico a medio y largo plazo.
Ventanas de doble acristalamiento, otro básico en el hogar
Las ventanas de doble acristalamiento son, junto al aislamiento término, la mejor manera de mejorar la eficiencia energética del hogar. Este tipo de ventanas, que cuentan con dos capas de vidrio separadas por un espacio de aire o gas, ofrecen una mejor barrera térmica que las ventanas tradicionales.

Esto contribuye al mantenimiento del calor en invierno y el fresco en verano, además de reducir la necesidad de encender la calefacción o el aire acondicionado, con todo lo que ello conlleva. Aunque la instalación de ventanas de doble acristalamiento puede tener un coste inicial más elevado, a largo plazo se traduce en un ahorro importante en energía.
Energía solar, la clave para el ahorro a largo plazo
Así es. Instalar paneles solares es una de las mejores inversiones que puedes hacer para mejorar la eficiencia energética del hogar. La energía solar es una fuente inagotable y limpia que puede reducir significativamente la dependencia de la red eléctrica. Por si fuera poco, muchas Comunidades Autónomas ofrecen incentivos fiscales y subvenciones para la instalación de sistemas solares, por lo que no supone un desembolso tan grande como antaño.

En cualquier caso, aunque la inversión inicial puede ser alta, el ahorro promedio en la factura de la electricidad hará que se rentabilicen en poco más de 10 años, dependiendo del gasto energético del hogar; eso por no hablar de los beneficios medioambientales que supone su instalación. También existe la posibilidad de combinar la energía solar con sistemas de almacenamiento de baterías para aumentar la autonomía energética, aunque su precio todavía es elevado y no está al alcance de todos los bolsillos.
Suelos calefactables, la última moda en reformas
Aunque no es la más económica, los suelos calefactables son otra opción igual de recomendable que las anteriores para mejorar la eficiencia energética de cualquier vivienda. Este sistema de calefacción radiante distribuye el calor de manera uniforme desde el suelo, proporcionando una sensación de confort más agradable que los sistemas tradicionales.
Por su ubicación, los suelos calefactables suelen funcionar a temperaturas más bajas, lo que reduce aún más el consumo energético. Este tipo de calefacción puede ser especialmente eficiente cuando se combina con un buen aislamiento y un termostato inteligente, optimizando el uso de energía y manteniendo el hogar cálido durante los meses más fríos, sobre todo en el norte del país y zonas con mayor altura respecto al mar.
Y, por supuesto, termostatos inteligentes
A la hora de mejorar la eficiencia energética del hogar, los termostatos inteligentes se combinan a la perfección con la instalación de suelos calefactables. Estos dispositivos permiten programar y controlar la temperatura de la casa desde una simple aplicación en el smartphone o bien mediante asistentes de voz como Alexa o Siri permitiéndonos ajustar la calefacción y el aire acondicionado según nuestras necesidades y hábitos.

Asimismo, muchos termostatos inteligentes aprenden de las preferencias del usuario ajustando automáticamente la temperatura para optimizar el consumo energético, con el consiguiente ahorro en el consumo de energía.
Junto a otros electrodomésticos eficientes
Cuando llega el momento de renovar electrodomésticos, debemos elegir aquellos con una buena clasificación energética. Los electrodomésticos con etiquetas de eficiencia energética como A o la extinta A+++ son los más eficientes y consumen menos energía. Esto incluye frigoríficos, lavadoras, secadoras, lavavajillas, televisores y un largo etcétera.
Como sucede con el resto de elementos, aunque pueden tener un coste inicial más alto, su eficiencia energética nos ayudará a ahorrar en la factura de la luz, ya que consumen hasta un 50% menos de energía y electricidad que un electrodoméstico convencional.